Seguramente todos conocerán alguna historia sobre la lámpara maravillosa, o habrán escuchado sobre el genio de la lámpara o Aladino y su lámpara mágica, y en el peor de los casos habrás visto la película de Pepito y Chabelo y la lámpara Maravillosa. Estoy seguro que muchos habrán soñado con tener esta lámpara y tener al genio a su pleno y consiente servicio.
Imagina que sucediera esto:
El sol ha decidido refrescarse en el mar y con ello dar paso a las luz artificial que nos permite continuar nuestra rutina nocturna. Decides salir a caminar. Un recorrido tranquilo y sereno por el parque cercano a tu hogar. En el trayecto y sin quererlo pateas un objeto que al moverse genera un ruido metálico atractivo para tus oídos. Lo levantas y resulta ser una vieja lámpara, una especie de salsera oriental. Logras identificar una leyenda inscrita en ella, pero que el paso del tiempo y la suciedad la han vuelto casi ilegible. Decides usar un extremo de tu camisa para frotarla y….. ¡BUMM! Un estruendoso estallido acompañado por una intensa luz se genera, retrocedes rápidamente y al hacerlo caes sobre la acera. Frente a ti ahora se encuentra un tipo enorme, con una vestimenta muy extraña y que su voz retumba sonoramente en tus oídos.
Soy el genio de la lámpara. ¿Qué deseas, amo, qué deseas?