Cuántas veces al vernos al espejo y preguntarnos ¿Qué hago en este trabajo?, sólo hemos encontrado un silencio ensordecedor.
El promedio de vida de un hombre es 73 años y comúnmente comienza a trabajar a los 17 ó 18 años retirándose en la mayoría de los casos a los 60, esto nos deja aproximadamente 42 años laborales en los cuales pasas un tercio del día fuera del hogar, estos años representan el 60% de una vida. Este escenario me lleva a pensar en la idea de que muchas de las frustraciones, enojos y apatía de los hombres provienen de un factor común, no haber encontrado el sitio idóneo para desarrollarse profesionalmente, en términos llanos para trabajar en lo que le gusta y desea.
Primero está la difícil tarea de elegir la profesión correcta, aún en muchos de los casos con el desconocimiento de si esa profesión es la demandada por el mercado, luego al egresar tenemos la problemática de ser admitido en una empresa al no contar con experiencia y por último conformarnos con elegir una alternativa que al menos satisfaga nuestras necesidades económicas.
Planificar nuestro desarrollo profesional, vocación de servicio y el lugar dónde deseamos hacerlo es de suma importancia, no olvidemos que esto mantiene una estrecha liga con nuestra vida, al no hacerlo correctamente estamos destinados al fracaso y a vivir una vida laboral inútil. La persistencia para encontrar este rumbo no es una labor sencilla, en el libro Sólo Oro de John C. Maxwell, se hace referencia a un consultor de negocios Paul Stoltz, él dice que el ingrediente más importante de la persistencia es identificar su montaña, su propósito en la vida, para que el trabajo que desempeña sea significativo. Esto es algo cada vez más común, encontrarse personas que básicamente están escalando la montaña equivocada, personas que han dedicado veinte años o más de sus vidas haciendo algo que carece de significado.
¿Encontraste el trabajo ideal?
Si crees haber hallado tú sitio y por tu mente a cruzado el pensamiento de “en ninguna otra parte podré encontrar un sitio así”, si tu costo de oportunidad es tremendamente bajo, es decir si al estar en este lugar no has dejado de hacer algo de mayor importancia o que te ofrezca mayores satisfacciones, entonces este tiene que ser definitivamente el sitio.
No puedes perder de vista que hay una diferencia abismal entre trabajar en lo que nos gusta y trabajar en donde nos es más redituable, la clave está en el equilibrio y mantener la referencia de nuestro costo de oportunidad.
Si estás ahí, tienes que enfocar todo tu potencial como un cohete dirigido y continuar avanzando y aprendiendo en tu área de competencia. No dudes en intentarlo, el tiempo no se detiene y seguramente no querrás voltear atrás, después de muchos años y decir ¿qué he estado haciendo?
2 comentarios en «La vida inútil de un trabajador»
«Encuentra algo que ames y jamás tendrás que trabajar un día de tu vida.» – Harvey Mackay
Hay que verle la otra cara al trabajo, pues tambien nos brinda la ocasion de un trato permanente con los demas, una vida social permanente donde podemos ejercer con discrecion y firmeza nuestras virtudes.